En Valmond Ópticas, hablamos con Lluís Bielsa Elies, Vicepresidente del Colegio Oficial de Ópticos y Optometristas de Cataluña, sobre los últimos movimientos del sector óptico a nivel nacional y aporta, bajo su visión experta, algunos consejos para impulsar el negocio de las ópticas, poniendo en el centro el servicio al cliente y el papel del óptico independiente. ¡No te la pierdas!
Hoy en día es habitual que las grandes empresas se fusionen, ello invita a pensar que podría incrementarse el riesgo de que al final queden cuatro operadores que dominen el sector. Aun así, creo que, incluso en este escenario, el empresario independiente que sea profesional y tenga las ideas claras podrá aguantar sin demasiados problemas.
Por otra parte y al menos en el caso de Essilor, parece (digo «parece») estar en la línea de cuidar al óptico optometrista independiente, en la medida que asume que cubre una parte del sector de consumo que apuestan por una atención más personal combinada con un alto grado de preparación y experiencia, con el tiempo de dedicación al cliente/paciente y la tecnología como sus mejores aliados.
Actualmente no existe un marco legal que permita la graduación «en remoto». Una cosa es que se recurra al telecribado de patologías como parte de la atención visual primaria del óptico optometrista. Este cribado no es un diagnóstico, sino que es confirmar la sospecha de presencia de patología de retina para remitir al oftalmólogo Otra cosa bien distinta es cuando se hace un telediagnóstico de una patología o de una condición refractiva o binocular sustituyendo virtualmente al profesional competente.
Para muchos sí, para algunos de nosotros que llevamos más de 20 años dando horas, no. Creo que muchos compañeros (por fin) han descubierto que trabajar por horas no sólo revaloriza el servicio profesional (si «damos» hora no «regalamos» la hora). Además, la tranquilidad que da al profesional saber que al día siguiente siempre tendrá trabajo reduce el estrés y anima a nuevas inversiones tecnológicas, de contratación de personal y de comunicación.
La figura del optometrista se ha visto fortalecida gracias a que la sociedad ha puesto en valor el tema de la salud y, sobre todo, aquellos establecimientos ópticos que han sabido mantener su imagen como centros sanitarios han aguantado mucho mejor la crisis pandémica que los que siguen con modelos más comerciales. Si bien es cierto que hay consumidor para todo, hemos de tener claro que si vendemos pienso para gatos nuestros clientes serán gatos. Si ofrecemos descuentos, rebajas y otras maniobras propias de tiendas de ropa, nos vendrán los que simplemente buscan precio.
Hay una parte de consumidores que valoran la atención y el asesoramiento, el servicio profesional y los protocolos de examen, las ayudas ópticas de calidad y la seguridad de la experiencia. En este sentido, no hablo sólo como óptico optometrista sino también como empresario, digamos que no soy de los que «consejos doy que para mí no tengo». En definitiva, el mensaje que debe calar en la sociedad es que la visión debe cuidarse y que sus disfunciones son una de las causas más importantes de fracaso académico y de falta de rendimiento laboral.
En primer lugar es importante transmitir que la formación implica proactividad, inscribirse en cuarenta mil cursos pensando que así triunfaremos profesionalmente es un error. Conozco casos de verdaderos adictos a la formación que casi dedican más tiempo a formarse que a su propia actividad profesional. Formarse es bueno pero hay que filtrar y, sobre todo, hay que pensar y cuestionar, recordando que los libros y la capacidad crítica siguen existiendo.
En ocasiones existe una distancia entre la teoría del curso y la práctica en el mundo real, si te pasas el día dando cursos y publicando, considerando que comer y dormir es necesario, te queda muy poco tiempo para el mundo real con lo que acabas siendo un teórico. Contestando a la pregunta sobre qué otra formación debe recibir el óptico optometrista empresario, sin duda, toda aquellas que le sea útil desde el punto de vista de la gestión empresarial, entornos digitales, comunicación…etc., depende también de cada perfil y de cómo le vayan las cosas.
Para empezar, el primer paso es tener claro qué modelo de óptica queremos. Esto es, servicio profesional y como consecuencia la dispensa de ayudas ópticas, o bien un modelo en el que la «venta» de ayudas ópticas es el eje principal (ofertas, descuentos, black friday y otras hierbas…). En definitiva, entender las gafas o lentes de contacto como la consecuencia final de un proceso (modelo ideal) o bien entenderlas como un objeto de venta en sí mismas, dejando en un segundo término el servicio optométrico.
Estableciendo un orden difícil, porque creo que todo tendría que estar al mismo nivel, sería cuidar la buena relación y la formación del equipo humano, disponer de un espacio adecuado y de un buen nivel tecnológico, seguir los protocolos de examen completos, una buena gestión económica y fiscal (incluyendo compras) y realizar una buena planificación en contenidos y formas de comunicación. No basta con ser bueno, también hay que parecerlo.
Hemos trabajado en compañías globales, pero también en pequeñas y medianas empresas y hemos sido emprendedores, por eso nos ponemos en la piel del empresario, conocemos tus retos y preocupaciones. Por eso te ayudamos a acelerar tu negocio, aplicando las soluciones utilizadas por las grandes compañías, pero adaptándolas a tus necesidades. Hacemos marketing práctico, aportando valor y hablando tu idioma y, por supuesto, el de tu negocio.
